Poema al recuerdo 
                    Esperança Sopena 
                       
                        Aunque ahora olvidados, 
                        existieron una vez 
                        farolero y sereno 
                        de la noche al amanecer. 
                         
                        Iluminaba las calles 
                        con su lento encender,  
                        uno tras uno iba contando 
                        que todos funcionasen a la vez. 
                         
                        Y en la noche silenciosa 
                        el sereno vigilando está 
                        con su manojo de llaves espera 
                        socorrer a las personas 
                        que olvidaron sus llaves 
                        y haciendo palmas le llama 
                        para en casa poder entrar.  
                         
                        Durante el día el urbano, 
                        con su americana y casco blanco, 
                        atiende el tráfico que, abundante,  
                        puede hacer un atasco 
                        en las horas más importantes. 
                         
                        Todos estos personajes 
                        existieron una vez,  
                        y en las Navidades recordaban  
                        con sus felicitaciones,  
                        los servicios prestados 
                        en las principales ocasiones. 
                         
                      
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