Poema a la jubilació 
                    Esperança Sopena 
                       
                        Después de tantos años 
                        llega lo que a instantes soñamos, 
                        y en la hora verdadera 
                        con resignación aceptamos. 
                         
                        Atrás irán quedando 
                        esos días de trabajo compartido 
                        o ese comentar de los problemas cotidianos 
                        que hacemos con los compañeros, 
                        mientras los tubos de ensayo 
                        vamos preparando. 
                         
                        Es un espacio de nuestro tiempo 
                        que a la profesión dedicamos por entero 
                        y un adiós al laboratorio, 
                        a sus ordenadores, a sus microscopios 
                        y a sus máquinas. 
                        que tantas veces nos han visto 
                        dedicarnos a ellas con esmero. 
                         
                        Ahora vienen esos días 
                        de sol placentero 
                        de esa lectura olvidada 
                        de alguna amistad que nos llama 
                        y de tantas otras cosas 
                        que no se hicieron por entero 
                        porque la dedicación a la ciencia 
                        nos robó esa parte de nuestro tiempo.
  |